¡Profeta, ve y huye!
(Amós, 7, 12)
¿Ve y huye? –No, no huye un hombre como yo;
he aprendido a andar lentamente con la lección de mis bueyes;
tampoco sabe hablar correctamente mi lengua,
pues mis palabras caen como pesada hacha.
Si mi fuerza se consume en vano, no es por mi falta;
ello es vuestro pecado, y aceptad, por tanto, vuestra parte de culpa;
como quiera que mi martillo no halló su yunque,
he aquí que mi hacha se ejercita en un leño carcomido.
¡No importa! Cumpliré mi suerte:
las herramientas ataré a mi cintura,
y a modo de jornalero, pero sin percibir el salario de mi jornada,
regresaré en calma del mismo modo que salí a la tarea.
Volveré a mi morada, de nuevo contemplaré mis valles,
estableceré una alianza con los árboles del bosque;
en cuanto a vosotros, simple deshecho y polilla,
mañana os aventará en masa la tempestad.
Poesías de Jaim .N. Bialik
Traducción de José M. Millas y Vallicrosa
Sociedad Hebraica Argentina
Buenos Aires 1953