¿Dónde estás?
Desde el lugar en donde te ocultaste,
¡oh embeleso de mi vida, oh centro de mis deseos!
revélate a mí, sal velozmente
y ven hacia mi morada;
mientras un rescate me es concedido, sal, redímeme
y dispón, como una reina, de mi suerte;
en mi mismo día la presa de mi juventud me devolverás
y me matarás junto con mis primaveras.
Bajo tus labios apagáronse mis flores
y entre tus pechos mi día se disipó,
como desfallece la mariposa al atardecer,
entre las flores olorosas..
¿Dónde estás?
Pero yo aún no sé quién ni que eres tú;
tu nombre mis labios conmueve,
y en las noches sobre mi estrado, como ascua de fuego,
ardes en mi corazón;
en las soledades de la noche rompo a llorar,
no doy paz a mi almohada,
y en tu recuerdo consúmese mi carne;
a lo largo de la jornada, ya deletreando la Guemará,
iluminado por un rayo de luz o bajo cándida nube,
con la más pura de mis plegarias
y la más profunda de mis meditaciones,
con la flor de mis pensamientos,
con la más perfecta de mis acciones,
no ansía mi alma otra cosa que tu buena aparición,
sólo que tú aparezcas, tú solamente.
Poesías de Jaim .N. Bialik
Traducción de José M. Millas y Vallicrosa
Sociedad Hebraica Argentina
Buenos Aires 1953