Descendió un zarcillo
Descendió un zarcillo sobre el cerco y se adormeció –
así me duermo yo.
Cayó el fruto – ¿y qué le importa al tronco,
a la rama y a mí?
Cayó el fruto, la flor quedó olvidada –
quedaron las hojas –
montó en ira la tormenta un día- y se desplomaron muertas a tierra.
Después continuaron las noches tempestuosas
intranquilas e insomnes,
solitario me revuelco en la oscuridad y golpeo
mi cabeza contra el muro.
Y florecerá nuevamente la primavera y yo, solitario
colgaré estéril sobre mi tronco.
Una rama de hielo, sin corola ni flor,
ni hoja, ni fruto.
(Extraída de: Comey, Arie (compilador y traductor), Poesia Hebrea Moderna, Jerusalem, La Semana Publicaciones Ltda., 1987)