Anoche te espié
Anoche te espié a lo largo del camino,
y te vi alejarte pensativa y callada;
con tu mirada vacilante, a través de la ventana,
buscabas tu alma extraviada.
Buscabas la recompensa a las virtudes de tu mocedad;
mas tú, ¡oh amada mía!, no veías
que mi alma, como paloma temblorosa,
acudía, fatigada, a tu ventana.
Poesías de Jaim .N. Bialik
Traducción de José M. Millas y Vallicrosa
Sociedad Hebraica Argentina
Buenos Aires 1953